martes, 1 de julio de 2014

Algunos hombres buenos







Recuerdo el abrazo que recibí de Eloy el día que ingresé en el Bulli. Hacía algunos años que no nos habíamos vuelto a ver después de haber coincidido como alumnos en la escuela de hostelería de Sevilla. Cada uno había ido por su lado, por sus derroteros profesionales, haciendo ese sinuoso camino que nunca termina y que tan plagado de dudas aparece a las primeras de cambio, en esos momentos en los que a uno le da por pensar que tal vez haberse dedicado a otra cosa no hubiera sido demasiado poco pedirle al cuerpo; algunos saben de lo que hablo, él por ejemplo. Pero algo nos llevaba de un lado a otro recorriendo lugares antes insospechados, encontrándonos con una lección en cada experiencia, conociendo a lo que sabía la derrota del cansancio y el placer de la victoria del trabajo bien hecho. Aquella tarde descubrí a un compañero dentro de la persona que conocía, a un infatigable luchador que, además de la creatividad que le caracteriza, de ese continuo no dejar de hacer cosas diferentes en su mundo pastelero, derrocha energías por hacerle ver a los que vienen empujando que el corazón es esencial para que fermente bien la masa del pan o para que la nata se monte al hilo por mediación del imprescindible condimento del cariño. Comíamos juntos en un hueco de la pastelería de ese restaurante, en veinte fugaces minutos en los que nos tenía que dar tiempo a todo, en los que había que tener muy claro de lo que hablar para no perder el tiempo, veinte minutos de gloria a su lado en los que siempre aparecían sus palabras alentándonos para que lo diéramos todo en el servicio de aquella noche. Eloy sabía donde y con quien jugaba, sabía lo que y el por qué de lo que hacía. Hoy, mientras paseaba por Sevilla, me he topado con Eloy. Hace unos años montó una empresa de repostería creativa pero las cosas no le salieron bien, y ahora se encuentra trabajando para un grupo empresarial hostelero de esos que tienen muy claro el significado de los números pero muy poco el del valor humano. Ahora su mayor preocupación se centra en pagarle a Hacienda lo que le debe y a quitarse de encima las trampas, las secuelas de ese tropezón que le ha llevado a enseñarme sus zapatos de suela rota mirándome a los ojos con la lucidez propia de los creadores, de los que no dejan de pensar en el progreso, en algo mejor, en lo nunca visto, derrochando ingenio y técnica, savoir faire y constancia. Hay algunos hombres buenos por el mundo que se merecen lo que buscan, lo que anhelan, lo que desean, que en el caso de Eloy es su razón de ser, que es como a él le gusta decir; y su razón de ser es volver a la primera división, por masoquista que parezca. Después de haberme encontrado con Eloy he de confesar que, por mucho que uno reniegue de su oficio, debido a las frecuentes injusticias a las que hay que someterse, y al poco reconocimiento recibido tras largas jornadas plagadas de presiones y de incongruentes situaciones, a mi también me dan ganas de volver a una de esas escenas en las que cada gesto se mide con la precisión de un reloj suizo, porque junto a personas como Eloy es posible aquello que decía Confuncio: encuentra un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar en tu vida.

4 comentarios:

  1. ¡Malditos políticos, que nos han llevado a la ruina, a la desesperación y al paro!
    ¡Cuánta gente sin poder ilusionarse por un trabajo! Mis hijos aún estudian, pero miedo me da cuando acaben sus estudios. ¿Qué les aguarda? ¿La emigración?
    Malditos políticos, malditos, malditos, malditos mil veces sean.

    Salu2, Clochard.

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    1. Hay que tener los sesos muy bien amueblados para no perder la calma. Le deseo lo mejor al futuro de tus hijos, que seguro se merecen lo mejor.

      SALUD, Dyhego.

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  2. La vida está llena de bellos momentos que se hilan unidos en nuestra mente y corazón para tejer esa tela de araña en la que sustentarnos cuando nos fallen las patucas...Un abrazo tejedor!!

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    1. Andamos todos por el mundo, y en el momento menos pensado te topas con cualquiera necesitando un día de conversación para ponerte al día. Esperemos que a Eloy le vaya un poco mejor a partir de ahora.

      Mil abrazos.

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