martes, 16 de diciembre de 2014

Haciendo cábalas




Se acaba el año y va sintiendo uno la tentación, la reincidencia del empuje, de encomendarse a ese tipo de promesas en forma de planes sobre los que nunca se tuvo demasiada constancia, o ninguna. Para mí escribir un diario, o el borrador de una historia que pueda ser novelada, o ponerme al día con las nuevas tecnologías que ya no lo son tanto, pueden ser algunas de las cosas a las que más vueltas le doy con el fin de encontrar el punto de partida a partir del cual comenzar una nueva andadura investigando en lo desconocido, en el crecimiento de la puesta al día, en la cimentación de una confianza antes no existente al respecto y que con la aportación de nuevos cometidos y trabajos vaya surtiendo el beneficio de un cierto efecto, una de esas salidas con las que comienza la renovación, la reinvención de uno mismo en este mundo loco y despavorido que se conforma con tan poco a cambio de tanta insensatez. Parece como si con la llegada de una fecha señalada fuera más fácil decidirse a emprender proyectos, como cuando llega el día del santo o del cumpleaños, o cada final de mes, o el día después de cada fin de semana, o el mítico día de año nuevo a partir del cual parece, según mis estadísticas, que resulta más prometedor afrontar cualquier reto, entre los que a nivel mundial se lleva la palma el de dejar de fumar. Si me paro a pensar tal vez haya otros retos, otras metas, mucho más sugerentes y relevantes, y no tan aparentemente importantes como todo lo que encierra un ápice de modernidad y compromiso con el comercio. Me refiero a que no estaría mal proponerse no enfadarse ni perder los nervios, e intentar soportar, con estoicismo si es preciso, a los leguleyos del borreguismo como el buen sacerdote que sin llegar a sermonear apacigua las ganas de hacer el imbécil de sus parroquianos; en fin intentar poner un granito de arena para que reine la paz y conseguir que nadie transfiera la barrera del sonido de la calma interior que uno desea llevar perpetuamente dentro. Yo me hago estas cábalas y llego a creérmelo, lo veo claro, y me digo que por ahí se empieza, luego todo será cuestión de subir y bajar la ladera de Sísifo hasta encontrarle solución y un cierto encanto al eterno retorno, a la posibilidad de que en una de esas ocasiones todo suceda de la mejor de las maneras posibles. 

4 comentarios:

  1. Te deseo fuerza interior para lograr tus pequeñas metas y te deseo lo mejor para el próximo año.Que pruebes cosas nuevas,visites nuevos lugares,que conozcas personas interesantes y que lleguen a tus manos nuevos libros que enriquezcan tu vida...En general te deseo que vivas y mires como tú sabes,sin pasar desapercibido.Amen!!
    Un abrazo nuevo!!

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    1. Muchas gracias por tus deseos; ojalá se cumplan también los tuyos.

      Mil abrazos.

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  2. Fuerza para el próximo año. Necesitamos pequeños ritos, fechas, balizas, para acordarnos, pararnos y tener puntos de referencia.
    Salu2, Clochard.

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    1. A ver si este año conseguimos lo que nunca pudimos cumplir. Ánimo y suerte.

      Salud, Dyhego

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