viernes, 21 de junio de 2013

Nuevas generaciones.





Se dice que desde que el mundo es mundo siempre se ha considerado que las generaciones venideras iban a ser peores que las que se encontraban al frente. Parece ser que siempre se ha pensado esto, a lo largo de toda la historia. Ningún pueblo se ha salvado de semejante prejuicio. Después casi siempre ha resultado lo contrario, por pura evolución, a excepción de contadas ocasiones en las que la nube negra del barbarismo y la barbaridad ha asolado el mapa entero del mundo conocido. Sin ir más lejos, a pesar de que algún que otro historiador diga lo contrario, el pasado siglo XX ha sido el más sanguinario hasta el momento, y en el que no ha habido una semana de paz entre conflicto y conflicto, siendo un claro ejemplo del mal uso dado a la tecnología y al desarrollo industrial. Pero no todo han sido guerras y desastres. También se han conseguido mejoras de vida e igualdad de derechos y posibilidades, aun quedando mucho por hacer.  Por tanto, aunque generalizar es una manera de mirar para otro lado, podemos decir que en general y afortunadamente siempre los jóvenes estuvieron mejor preparados, y gracias a la inteligencia y al aprovechamiento que de los recursos han ido haciendo las nuevas generaciones, en sintonía con el respeto y la enseñanaza de sus predecesores que se han encargado de que no mengüe el espíritu crítico y creativo, estamos donde estamos; y contamos con muchas cosas buenas. Puede que la eterna insatisfacción que persigue al hombre sea el germen de su continuo fracaso, y del frecuente descrédito al que se ven sometidos aquellos que traen nuevas ideas debajo del brazo. Del mismo modo que no podemos olvidarnos del esfuerzo que ha hecho cada uno de los hombres que anduvo por aquí antes que nosotros, para que ahora gocemos de un mundo como el que tenemos, tampoco nos podemos olvidar de aquellos que se encuentran en la rampa de salida deseosos de aportar su esfuerzo. Sólo con nuestro apoyo y ayuda podrán estos jóvenes dar lo mejor de sí; lo contrario sería fomentar una absurda y triste rivalidad generacional enrarecida con una dialéctica de preguntas capciosas y desconfianzas poco fundadas.  

4 comentarios:

  1. Clochard:
    Me da pesambre esa forma de pensar, creer que las generaciones siguientes son peores. Son distintas. Han de adaptarse a nuevas estructuras. Igual que tampoco estoy de acuerdo con eso de que los tiempos pasados fueron mejores.
    ¡Y tampoco estoy de acuerdo con los "jóvenes" que afirman que los de "mi edad", ya estamos finiquitados!
    Salu2.

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    1. Dyhego:
      has dado en el clavo de una serie de prejuicios muy en boga en todas las épocas. El día que se vayan resolviendo, para lo que es imprescindible que se sacudan unos cuantos resquemores, temores e insatisfacciones, todo podrá encontrarse más o menos preparado para caminar en una dirección más esperanzadora, entre todos, entre los que están y los que vienen con ganas.

      Salud.

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  2. Yo creo que un equilibrio esta entre:sabia nueva con ganas de mejorar,sabiduría y experiencia de nuestros mayores sería un buen comienzo para empezar a hacer las cosas realmente bien...Un abrazo renovado!!

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    1. Para que sea posible ese equilibrio es necesario escuchar a los jóvenes, inmiscuirse con ellos y enterarse de cómo ven el asunto, qué opinan, qué piensan, y a partir de ahí, junto con la sabiduría de los veteranos, cimentar las bases de algo que al menos contará con los beneficios de la coherencia y con una complaciente toma de relevo.

      Mil abrazos.

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