domingo, 21 de julio de 2013

Así fue mi bautizo hace diez años







A Saturní y Oriol, in memoriam.   


Después de habernos bebido todo el vermú de Girona
en una de esas terrazas con aceitunas toldos cinzano
aprovechando la riqueza por delante de las horas
nos vimos envueltos en conversaciones sin gusanos
de las que entraban y salían la flora  la fauna las cosas
como Juan por su casa y nosotros en mitad de la calle.

Qué hacer a esas horas tan dignas tan borrachos tan a gusto
tan libres de las estúpidas sacudidas de las voces de los jefes
tan felizmente alejados del comercio con el alma de los pobres
aunque sólo sea en esta tarde tan ebria complaciente y generosa
pues habrá que seguir en la brecha de este asunto tan sensato
dios los cría y ellos se juntan y no hay que darle más vueltas.

Yo vivía en una casa de campo con una guitarra y una musa
cuyo único lema era haz el amor el amor nunca hagas la guerra
 las paredes tejían los mapas del tiempo detenido en brochazos
la marihuana crecía a su antojo saltimbanqui de mata sin frenos
los vecinos eran como anillos al dedo exiliada gente extranjera
o sea qué suerte el sol nos daba en la cara y no nos quemaba.

Mis compadres eran dos tipos dos tíos dos hombres
de los que a la legua el corazón no les cabe en el pecho
que andaban por la vida con indómita velocidad de crucero
ganándose el chusco en esto en aquello en lo que iba saliendo
sin prisa sin pausa sin ira con muy buenas maneras costumbres
y lealtad a los principios de acostarse sin un duro en el bolsillo.


Estos primos fulanos de talla tan queridos talentosos atrevidos
eran fieles y a ultranza defensores de los izquierdos humanos
hijos de una patria tan modesta tan sencilla tan sin nombre
barcos en la orilla del deseo de no esperar nada a cambio
tan solo un par de gestos sinceras miradas y alguna farra
adictos a todo tipo de excesos con materiales inflamables

La tarde era nuestra y manifiesta se mostraba la alegría
entonces salieron al quite una serie de temas mujeres
pintura escultura ética mitología que no eran el tiempo
ni el dinero ni esas tonterías que nos sacaban de quicio
sino otras historias de las que el caldo iba inventando
pues a esas alturas la lengua ya era un papel en blanco

El gran Saturní que era poeta me dijo con tono muy serio
que mi nombre no era nombre para andar en las páginas
imagínense por entonces de este blog ni rastro ni idea
valían las servilletas de los bares el reverso de los tiques
 el caso es que a Oriol también le parecía más apropiado
que era preciso un homónimo melodioso en lengua francesa

Jean Pierre Jean Pierre decían con los ojos encendidos
con la baba casi caída y un pitillo detrás de otro y de otro
detrás del güisqui de aquella tarde de un mundo tan justo
en la lúcida frontera del delirium tremens todo por la causa
haciendo de las suyas la nostalgia el carmín de los sueños
las heridas curadas con ron los archipiélagos remotos

Jean Pierre Jean Pierre Jean Pierre Clochard culminó
Oriol que sin querer ser poeta era el más poeta de los tres
y aquel apellido nos fascinó tanto como la genial irrupción
de quien lleva un tesoro en la memoria y lo suelta a la mar
para que pájaros y barcos vean que flota aletea nada
un algo que hace siglos era echado de menos y ahora...

Desde ese día esa tarde aquella beoda madrugada
me sentí con algo que antes no tenía un alma coraza
nada más y nada menos que un nombre caído del cielo
con la espiritual rúbrica de de fatigas dos compañeros
almas enteras de inquisiciones vacías magos calaveras
eternos testigos de todo cuanto con mi nombre
bien saben que en su nombre escribo.





5 comentarios:

  1. El hecho de que ahora haya decidido llamarme John Charles en lugar de Jean Pierre viene dado de la existencia de varios de los segundos, Jean Pierre, apellido incluido, en la red. En cualquier caso si algún día me fuera posible pronunciarme con el nombre con el que realmente fui bautizado, no dudaré en acceder a él.

    Muchas gracias, y un brindis por Saturní y Oriol, que allá donde se encuentren nos estarán viendo con buenos ojos.

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    1. Dyhego:

      Pues por la misma razón por la que no fuiste tú, supongo, quien eligió tu nombre, y porque aquello fue como una genialidad en mitad de una tremendamente lúcida cogorza, y ahí no hay tutía.

      Salud.

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  3. Tengo la teoría que el alcohol es el suero de la verdad,el problema es el abuso.Si te pasas quemas muchas neuronas,importantes para ser uno mismo.Así que bienvenido sea ese nombre,el día de tú bautizo y el nuevo que has remodelado,mientras sigas escribiendo.Me encanta la historia,debió ser un día memorable,de esos que hay que exprimir a tope y recordar ...Un abrazo chin,chin!!

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    1. Todo en su justa medida, aunque nos pasemos de vez en cuando, pero con cabeza. Aquel día fue, efectivamente, memorable por muchas cosas de esa etapa. Y el nombre, sinceramente, me encantó desde el preciso instante en que salió de la boca de estos tíos. Chin chin.

      Mil abrazos.

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