sábado, 13 de enero de 2018

Diario de Enero XLVI


Resultado de imagen de invierno en sevilla

El Coltrane es el Birdland a pie de calle de La Ciudad. Un bar interesante y que te pille cerca de casa es un tesoro. En un abrir y cerrar de ojos pasamos de la reflexión a la intuición; de eso me he dado cuenta hoy al comprobar que tenía los pies en el suelo. La música amansa a las fieras de la misma forma que los besos algodonan los impulsos del deseo. Me gustaría trabajar en el Coltrane. Hay una chica en la barra que de su bolso ha sacado un lápiz poniéndolo sobre el cuaderno dorado de la Mrs Writting de mi fabulación, acariciándolo, pasándoselo entre los dedos como si de un objeto fetiche se tratase, recogiéndose con él la melena a la vez que lo clavaba en su cabello. No todo lo obvio es evidente. Las apariencias. La explicación del Mundo es lo que vale, lo que perseguimos centrándonos en el punto de fuga al que apunta la intuición, pero mira tú por donde, quién sabe cómo ni cuándo ni dónde. Puede que en Hells Bells esté mucho de lo que un principiante debería sacar en claro sobre la música Rock; a partir de ahí lo que quiera, siempre y cuando hablemos de relojes suizos incluso en las improvisaciones. Una cerveza a tiempo es una victoria. La Academia irradia saber estar. Los pájaros se han acurrucado en su secreto nido contra la lluvia. La Plaza ha despertado al atardecer, con traslúcido semblante como pocas veces la había contemplado antes, Enorme.


No hay comentarios:

Publicar un comentario