miércoles, 23 de mayo de 2018

Lo tomas o lo dejas


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Desde luego que haciendo uso del más estricto sentido de la coherencia me niego a pensar que lo que acaban de hacer Irene Montero y Pablo Iglesias guarde alguna relación con el discurso que durante los tres últimos años han llevado por bandera. Comprarse un chalé de 600.000 euros a estas alturas y con lo que está cayendo, y aunque no cayera, no pega ni con cola con la prédica hasta ahora ensaltada, se le ven las costuras al traje de la demagogia. Hace tiempo que no es raro encontrar dentro de la militancia de Podemos opiniones de escepticismo en torno a su líder; muchos afiliados no las tienen todas consigo, algo les huele mal, desde la manera de gestionar el partido hasta sus afinidades ideológicas con políticos del estilo de Nicolás Maduro. Todo lo que sea decisiones políticas puede ser puesto en tela de juicio y sometido a la opinión de la asamblea, discutido y llevado al consenso, observado por cada participante y mejorado, en fin resuelto de una forma democrática, o lo más democráticamente posible; todo lo que suceda dentro de un partido ha de compartirse y desarrollarse con la ayuda de todos, de forma que la unión haga la fuerza, que el ejercicio dialéctico del grupo surta sus frutos y la línea de continuidad hacia algo mejor sea la esencia misma del debate; ahora bien, someter a votación si es lícita o no una decisión personal, concretamente la de la compra del chalé de marras, para seguir ejerciendo el liderazgo, me parece una equivocación ya que en cierta forma supone dejar en manos de la militancia la resolución de la continuidad de los implicados al frente del partido que, con la debida coherencia y dignidad, es ni más ni menos asunto de quienes han incurrido en semejante desajuste, es decir es exclusivamente asunto suyo, de su conciencia política. Esto es cuestión de principios y no de si les gusta o no les gusta a los militantes lo que hayan hecho sus líderes, que supongo que no; esto es cuestión de valores personales y de mirarse uno al espejo; de lo contrario, tal y como se pretende solucionar el asunto, se convierte en un "lo tomas o lo dejas" que no se corresponde con la política, y mucho menos con la democracia, una de cuyas bases es la coherencia.

2 comentarios:

  1. Ya lo dice el refrán, si quieres conocer a menganico, dale un carguico.
    Sabia reflexión la que expones hoy, Clochard.

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    1. Entre unas cosas y otras se va de madre el asunto. Qué pena y qué aburrimiento.

      Salud, Dyhego.

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