miércoles, 8 de enero de 2014

Los placeres y los días



Hay pocos placeres comparables al de pasarse una tarde entera leyendo al amparo del calor de una estufa o de un brasero, o a la vera de los acordes de la música clásica del fuego de una chimenea. Sucede lo mismo con estas mañanas de Enero, en las que luce el sol de manera agradablemente tibia, lo suficiente como para echarlo de menos en cuanto llevamos un par de minutos a la sombra, momento en el que a uno le viene a la cabeza esa imagen de tranquilidad soñada con la que todos los aficionados a las bibliotecas se empeñan en convertir la escena del día a día de sus paseos. Nada como el silencio para darse cuenta de la importancia que tienen las palabras; nada como la necesidad para reconocer la imperfección que nos asola a las primeras de cambio; nada como sentirse solo para disfrutar de cada minuto que nos ofrece una buena compañía; nada como mantener alerta los sentidos para palpar la vida: esa cosa que pasa cargada de circunstancias y de historias, de treguas y de batallas, de promesas, de ideas, descubrimientos y planes a medio zurcir, ese tren desmesurado y corto, leve y lejano, ameno y atroz por momentos en el que vamos dejando las diminutas piedras de la muralla de nuestro diario. Dice Rosa Montero que una de las cosas que más pena le dan de la gente que no lee es lo que se pierden, el sopor en el que sucumbe la existencia cuando solo se alimenta del tira y afloja de la triste realidad, sintiéndose ella tan afortunada que con frecuencia le viene a la cabeza aquello que en sus últimos años tanto decía Azorín: "qué pena tener que morirse con la cantidad de libros que quedan por leer". 

4 comentarios:

  1. Cuando más disfruto la lectura es por la mañana bien temprano, antes de que nadie se levante, cuando todavía hay silencio, cuando la luz natural permite leer.
    Salu2, Clochard.

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  2. la lectura, qué buena compañera, qué amante tan sigilosa y contagiosa de la dicha del aprendizaje.......por muchos años.

    Salud, Dyhego.

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  3. Q razón tienes compañero, como reemplazar a nuestros amados libros, tan preciados y tan llenos de aventuras, experiencias, sueños, vida.................imposible substituirlos.

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    1. Difícil de hacerlo, casi imposible, se encierran tantos mundos dentro de ellos, tantas cosas con las que alimentar esta única vida que tenemos.......

      Salud y buenas lecturas

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