lunes, 9 de abril de 2018

Espejos


Resultado de imagen de espejo en el que mirarse

Siempre han gozado las almas más sensibles de un nivel intelectual que les ha llevado a querer entenderlo todo, a darse a si mismos una explicación de cuanto sucede mediante una capacidad de análisis que aludiendo a su verdad se aproxima mucho a la realidad. Asombrándose del mecanismo de un lápiz, sin apaciguar sus ganas por querer seguir aprendiendo, compartiendo lo que saben con los demás, han conseguido estas personas hacernos ver al rey desnudo por mucho que la tabla rasa de la demagogia haya obcecadamente pretendido lo contrario. Este último gesto es el de la generosidad que caracteriza a quienes no dan su brazo a torcer indagando en las causas y consecuencias de los más relevantes sucesos de la historia, respetando al máximo los derechos conseguidos y esa serie de conquistas que le aportan algo de luz a las tinieblas de la humanidad. La equidad ha sido en ellos un claro síntoma de seriedad, respeto y dignidad avaladas por una extraordinaria documentación y por la virtud de no querer formar parte de ningún bando, por mucho que a los cicerones de turno les moleste que no quisieran nunca casarse con nadie. Cuando un intelectual se convierte en una excusa degenera cualquier programa de ideas que con ello intente justificar sus planteamientos. En una civilización con una tan contumaz tendencia al maniqueísmo brotado de la incultura, todo lo que no haya dado muestras de partidismo ha sido desestimado por falto de compromiso; el cainismo va de la mano de todo esto, destrozando los senderos del sentido común y tapando las salidas de las resoluciones más inteligentes no consideradas buenas debido al esfuerzo que supone ponerse en la piel de los demás. Uno de los ejemplos más claros en nuestras letras lo tenemos en Manuel Chaves Nogales, indudable referente de la transparencia y de la virtud de los hombres buenos que comen y dejan comer, que viven y dejan vivir, que hablan y saben escuchar, que ponen tierra de por medio como remedio a las inclemencias de la brutalidad, porque la razón de ser de su existencia reside en su soberanía personal, en lo que a cada uno nos pertenece y nadie tiene derecho a arrebatarnos, tanto que por más años que pasen desde su desaparición no podemos dejar de tenerlos cerca. Me vienen también a la cabeza la imagen y el nombre de Stefan Zwieg, como otro claro referente de libertad personal, erudición, esfuerzo por el aprendizaje y dominio de uno mismo, hasta el punto de decidir cuándo y cómo morir asqueado ya de tanta mediocridad encargada de destruir el mundo. Leyendo las novelas y los ensayos de ambos autores le asaltan de inmediato a uno las ganas de no dejar de leerlos nunca y, como a todo principiante en la escritura, de imitarlos, de no dejar de leer sus obras como espejo en el que encontrarle una explicación a tanto desbarajuste fundado en la ausencia de fundamentos racionales que solo ven su salida en fundamentalismos vestidos de la seda del fanatismo ramplón, absurdo, exigente, vengativo y bochornosamente poco instruido. Haber conocido a amigos así en la literatura es uno de los privilegios de la vida.


2 comentarios:

  1. ¿Cómo puede una persona dedicarse a los demás,antes que a uno mismo?¿ Cómo puede un ser humano nadar entre tiburones?Y miles de preguntas más me llevaron un día,a toparme con un golpe de madurez y darme cuenta que; cada persona tiene un diferente prisma para ver y valorar las cosas y que cada error y cada prueba de la vida aporta una arista más a ese prisma con el que nos gusta escondernos de la realidad.
    Tú encontraste amigos en la literatura y yo descubrí la literatura gracias a un gran amigo.Así es la vida.
    Un abrazo reflejado!!

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    1. ¡Qué bonito!,Amoristad. Tu comentario goza de bella salud literaria. Muchas gracias.

      Mil abrazos.

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