viernes, 29 de junio de 2012

Cuestión de dignidad.





Es cuestión de una dignidad muy bien esculpida la que lleva a determinados hombres a ofrecernos un ejemplo de cómo comportarse cuando no se está de acuerdo con lo que se hace una vez que, con anterioridad, quedó clara otra cosa en ese tipo de reuniones que se supone se llevan a cabo con la competencia de los caballeros, y con la palabra. Me refiero al comportamiento que ha demostrado el alcalde de Bambibre al presentar su dimisión y no permitir que se traspase la linea de la mentira en detrimento de un pueblo harto de falacias políticas que no tienen en cuenta el sudor y la enfermedad. Y es que verse involucrado en un asunto, del que se supone que eres pieza clave para su desarrollo, sin estar de acuerdo con lo que estás haciendo debe ser como sentir un constante malestar propio de ponerte a ti mismo los cuernos, de no encontrar razón más ingrata para estar sobre la tierra que pertenecer a la más baja de las subespecies en las que se divide el género humano, auto defraudándote y dirigiéndoles mentiras piadosas y cobardes  a todos los que se encuentran a la espera del agua de Mayo de tus resoluciones; como es el caso de los mineros del Bierzo que desde hace más de un mes se encuentran encerrados en el pozo de Santa cruz, y todos los que están protagonizando la marcha negra del orgullo minero, a la espera de que el gobierno apruebe una ayuda, que de momento a tenido la cara dura de denegarles, con la que aportar una bombona de oxigeno a la situación en la que se encuentran.

Se siente decepcionado, traicionado por cuantos auguraban la puesta en escena con suma facilidad de una serie de medidas basadas en el engaño a los sedientos y ahora que llega el momento de la verdad le dejan el culo al aire a los que tienen que vérselas de cerca con el pueblo, a los que se tienen que ganar la batalla diaria de la confianza de tú a tú sin auxilio de escoltas, con la verdad por delante, sin tapujos ni enredos. Si señor, ahí os quedáis por embusteros, por ratas de alcantarilla que solo se encuentran cómodas en la mierda, rebozadas en el lodazal del escarnio de un hemiciclo que cada día se parece más al Coliseo. Ahí os quedáis con vuestras miserias del alma, con vuestras barrigas llenas, con vuestra falta de escrúpulos, con vuestro poco sentido de la legalidad. Cuestión de dignidad.


4 comentarios:

  1. Una dimisión no debida a motivos dolosos, siempre será un honor.
    Salu2.

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  2. Completamente de acuerdo. Lamentablemente no cunde el ejemplo, pero por algo se empieza. Bienvenido, sírvete tú mismo.

    Salud.

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  3. Querido Clochard:
    Yo creo que ayuda el que haya personas que reflexionen sobre ello.No cunde el ejemplo pero,salpica a las conciencias inquietas seguro.Un abrazo fuerte!!

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  4. Siempre es esperanzador que sucedan cosas así, parece como que no todo se ha perdido. Sigamos el ejemplo.

    Mil besos

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