viernes, 23 de marzo de 2012

Otro más.




Iba paseando, esta tarde de pegajoso bochorno sevillano que ya empieza a hacer de las suyas, cuando un joven, de cuyas manos afloraba un ramillete de papeles en los que aparecía la foto de un individuo, parece ser que convencido de saber cómo hacer y no hacer las cosas para que los índices de desempleo y cobertura de necesidades básicas corran mejor suerte de la que están teniendo hasta el momento, junto a una desconocidas siglas, me ha preguntado, muy educadamente, que si sabía yo de la existencia de don fulano de copas y del circo que se ha montado con otros cuantos amiguetes y con las ideas parece ser que muy claras. En la foto del aspirante, en cuya leve sonrisa se detecta el borboteo del cinismo, y de toda la trupe que se ha querido subir al carro del desfalco, la ratería y la malversación, aparecen unas siglas que dan fe de lo poco tratado que ha sido el asunto del bautizo porque, imagino, el tiempo es oro y al fin y al cabo de lo que se habia hablado era de la estrategia para alimentar el narcisismo fundando un partido. Otro partido que con motivo de las elecciones al parlamento de Andalucía presenta su candidatura, con toda la carga de buenas intenciones que conlleva la trama, que no se diga, la cosa es extrenarse como está mandado, con la indecencia propia de quien sabe a ciencia cierta que es inmoral lo que hace, que viéndose incapacitado para reprimir sus ansias se decide al abordaje, como el irreductible cleptómano al que hay que echarle de comer a parte, y mintiendo mucho, sumándose a la lista de trepas que van a ver de que manera sacan tajada de donde ya no se puede porque no hay, porque se lo están puliendo todo, lo que no se ganan y lo que hurtan de los bolsillos del barrendero y de la señora de la limpieza, del camarero y del recepcionista, de la cuadrilla de lelos que le debemos parecer los ciudadanos de a pie a toda esta gentuza, los que llevan toda su vida mamando y los que se quieren poner de moda pretendiendo robar hasta en la cárcel, manchando el expediente de la civilización de tal manera que no nos podremos ni limpiar el culo con él.

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