Queridos Reyes Magos:
He decidido darle algo de tregua a esta misiva con el objeto de ver satisfechas alguna de mis peticiones a lo largo de estos primeros días del año, pero llegado este momento creo que ya es hora de haceros saber mi disconformidad con respecto a la poca atención que le habéis prestado a mis deseos. Puede que fuese demasiado exigente al pediros cosas que trascendían a lo material, pero siendo ustedes magos no pude resentirme a la tentación de acceder a solicitarles su colaboración en una serie de aspectos que bien les valdrían un merecido premio Nobel de la paz, mucho más que a quienes les ha sido otorgado en la pasada edición, a esos rufianes de la mercadería bursátil disfrazados de papá Noel para hacernos creer que son tipos buenos, o a quienes en otros casos se les ha premiado por su sobresaliente colaboración en hacer la vista gorda en el siempre mezquino negocio del tráfico de armas y las invasiones por doquier. Pero a la vista de lo que voy viendo desde el pasado seis de Enero, parece ser que ninguna de mis demandas han sido cubiertas temiéndome que no vayan a serlo nunca.
No sé si es que a vosotros también os ponen restricciones y no os dejan actuar con toda la libertad que quisierais. A lo mejor alguno de esos que manejan los hilos del cotarro siente miedo de que el uso que podáis hacer de vuestra magia perjudique a sus intereses y tanta bondad acabe por tirar por tierra los castillos levantados por la avaricia y la desmesura de falta de escrúpulos. Tal vez vuestros representantes sindicales se encuentren comprados y el soborno pueda más que la ternura de vuestras causas, cosa que no resulta difícil de imaginar hoy en día, o puede que sencillamente os estéis cambiando de bando, perdón por el atrevimiento y la sinceridad, y seáis también de esos que piensan que ande yo caliente ríase la gente y paparrulladas de ese tipo. Esto último me cuesta trabajo creerlo, de modo que he pensado que la causa de vuestro despiste haya podido ser que la transformación de valores a la que asistimos en estos momentos os haya alcanzado y no os hayáis dado ni cuenta, estando tan cercanos a las modas y tendencias,a lo comercial en definitiva, y con las prisas y los agobios, con el stress de vuestro trabajo no hayáis reparado en lo que es realmente importante. Bueno, siempre nos queda la esperanza del año que viene, a ver qué tal se da.
El caso es que mire hacia donde mire no dejo de encontrar razones para decir que no me habéis hecho ni caso. Las calles siguen con personas pidiendo para comer sobre sus aceras. Las jornadas laborales continúan con la dinámica del pitorreo y la humillación propios de las malas épocas lideradas por serpientes. Los directivos se ríen de nosotros en nuestra cara, al igual que los empresarios, unos junto a otros haciéndose la pelota y asaltándose por la espalda, mientras nosotros nos quedamos sin trabajo y ellos se hartan de champán sin sentir ningún reparo en lo poco merecido de su almuerzo. Compruebo frecuentemente que parecemos, todos un poco, abstraídos en otro mundo como si este no fuera con nosotros, cultivando el egoísmo y acicalando la miseria con desprecios sucumbidos en olvido. Aún veo como nuestros referentes siguen siendo gentes injustas, mentecatos que a penas se expresan con facilidad y que utilizan un lenguaje cuyo conjunto no supera las doscientas palabras; y creedme, me siento algo agobiado por todo esto, y sin pretender pediros explicaciones sí que me gustaría que me proporcionarais otra dirección a la que poder dirigirme y en la que me sienta más escuchado y mejor atendido; no sé, a lo mejor la de alguno de los aspirantes a ser vuestros sustitutos, con el fin de que no les de tiempo a creérselo todo, porque si no corre riesgo el mito de sepultarse bajo las montañas de la desilusión.
Atentamente:
Jean Pierre Clochard.
domingo, 20 de enero de 2013
Posdata.
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Cuando el Principito viajó al asteroide donde vivía un rey, éste le dijo que siempre ordenaba órdenes sensatas a sus súbditos para estar seguro de que podían obedecerlas.
ResponderEliminarMe temo que con los Reyes Magos pasa igual, mejor pidámosles cosas sencillitas, mayhormente para no llevarnos pesambres ni desilusiones.
Salu2 campaneros.
Pero cautiva y sugetiona tanto lo de magos, que uno no tiene más remedio que recurir a semejantes artes para ver satisfechos unos deseos que poco tiene que ver con lo irracional sino mas bien con lo desproporcionadamente que se encuentra repartido el sentido común, y no creyendo en milagros pues no se pierde nada por escribir por si acaso. Yo confio en que uno de estos años se van a enrrollar.
EliminarSalud.
Querido Clochard,yo también le he pedido solo una cosa este año y no me la han traído.Yo creo que como han habido tantos recortes solo llega para los niños.¡Jopetas!como dice mi niña pequeña.Quizás para el año que viene,porsiaca me portaré muy bien...Un abrazo mágico!!
ResponderEliminarYo creo que uno de estos años se tienen que tirar el moco definitivamante y darle la vuelta a la tortilla. Mientras tanto sigamos soñando durante estos casi once meses que nos quedan, que no es mal regalo el que uno mismo se hace si sabe usar de su fantasía; alguien dijo, creo que fue Einstein, que en tiempos de crisis es más importante la imaginación que el conocimiento.
EliminarMil abrazos.