domingo, 15 de abril de 2012

Las nubes y el asfalto.





La calle rezuma poesía,
que duda cabe,
ante tanto movimiento.
Ya se sabe, es la calle.

Desmesura de instantáneo
acontecimiento consternado,
enamorado y aburrido,
movido y quieto,
fotografía del incesante
alboroto silencioso de esqueletos.

Constante decibelio
que abarca el universo
de una mancha de aceite
y de un transeúnte cabizbajo,
y un amor a primera vista
en la boca del metro,
en los labios del paseo,
en los apuntes del
pensamiento caminado.

los semáforos en rojo
persiguen, detectan, delatan,
frenan los pasos,
deceleran el directo
y hacen que las nubes
formen parte del asfalto
y no den el mediodía por muerto.

Alquitrán, hierro y parabrisas,
café de puchero concentrado,
mutismo envenenado,
almacén de sintéticas sonrisas,
interiores de exteriores despoblados.

Ya se sabe, es la calle
en la que también acontece lo bueno
de vez en cuando, siempre, al mismno tiempo
en el que hay lugar para lo bello.

6 comentarios:

  1. Querido Clochard,cuanta poesía y amor de alquitran,como te inspira la quitud de la prisa de la ciudad...Un abrazo!!

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    1. Querida Amoristad:

      Es uno de los placeres que me brindo cada día, como si formase parte de la dieta. Bueno, de hecho forma parte de la dieta, que, por cierto, le viene de perlas al corazón.

      Mil besos.

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  2. Y las aceras, quietas y férreas
    dando cancha a todo tipo de historias,
    alegres, tristes, dramáticas y
    porqué no también las cotidianas.

    Clochard, muy bueno;) Te vigilo, jajaa

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    1. Sandler:

      Todo cabe ahí, entre las nubes y el asfalto. ¡Qué te voy a contar a tí, que eres de los que llevan la cámara de fotos en la retina!. Gracias.

      Chinchín, por la calle!!!

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  3. Qué buen provecho le estás sacando a este tiempo de mágia, de verdadero ocio, de mirar con alas, de escribir con tantas ganas...

    Besos y amapolas.

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  4. Querida Blimunda:

    Y no me canso de este dedicarme a la noble tarea de no hacer "nada". Eso si, me pongo un poco triste cuando pienso que no puede durar mucho tiempo más. Es tal el beneficio, que acaba uno por sentirse mejor persona alejado de los mecanismos de la rabia, la competencia y la producción del soborno cotidiano del algebra de la vida moderna.

    Besos, prosas y versos.

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