sábado, 7 de abril de 2012

Agnostic O.







Salgo al asfalto. Calle Castilla, plena madrugada. Rigor. Sentimiento. Porcelana. Qué hago, la puerta, cómo se cierra, cómo la cierro. Pasión, faroles, fotos sin flashes, silencio. Pasos menudos, adoquínes, roces sin trauma, llamas que se encienden y que se apagan. Cera derretida, penitencia !@#$%^&* para el fuego. Promesa con la que unos pies acarician sobre el suelo sus heridas. Contigo me quedo.

 Te contemplo hasta que la belleza me extasie, hasta que el aroma de incienso me regrese, tal vez mañana, tal vez nunca, tal vez siempre, quién sabe, a lo mejor el año que viene. Virgen de la O,  vecina mía, te confieso un amor a primera vista un tanto sorprendente, un encuentro inesperado por el que brindo hasta saciarme de consuelo, desechando los augurios de la muerte. No me lo esperaba. Cosas de la vida y de los seres ventaneros. Noches perdidas en muchos agujeros. Mira por donde en esta esquina, mira por donde te encuentro en este desierto de noche tan florida.

Tín. Bajamos del cielo, poco a poco, despacito, ahí, ahí, posando toneladas de fe como si fueran de seda, como si la madera y el hierro se transformaran, todo uno, en una tela. Como la pluma del ave de la paz descendiendo a las musicalidades del concierto. Uf. Enmudezco, lo presiento. Este descanso no da nada por supuesto.

 Cierro los ojos, imagino la arruga letal que martiriza al costalero. Veo lo de adentro. Escucho las almas, el sudor, entre tanta oscuridad la referencia del tacto palpándose de oído. El comedido pulso con el que se ejerce el impulso, hacia la posición inicial, hacia el punto de partida desde el que un grito dará la señal a partir de la cual, de adrenalina, volará un reguero, una mina, un te quiero como una catedral .

Vámonos, valientes. Tiemblo. Tac, tac, tac. Faltan segundos. se escucha un sollozo, tal vez el del hombre más fiero. Una voz penetrante, casi un alarido, una manta de sonido, de decibelios un mar entero dentro del pecho y TAC...ahhh Quedo y silencioso me quedo. Sublime y asombroso. Levantá con redoble de corazones. Maldigo a mis seres perezosos y carentes de razones....envidio a quienes tiene la suerte de sentir estas pasiones.

8 comentarios:

  1. Y puedo saber ¿porqué los envidias?. Puedes tutearme.

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  2. Estimada Lourdes:

    Se trata de una envidia sana sobre esa paz espiritual, que yo he de buscar en otras fuentes, con la que la vida tiene un sentido y la pasión una representación en la que verse reflejado. Afortunadamente tengo claro que con el mero hecho de ser buena gente, en el otro barrio nos espera un magnífico descanso a pierna suelta. Pero la intensidad con la que los católicos practicantes ejercen su fe para mi es motivo de aplauso y, repito, de una envidia sana que me acerca a ellos y me permite aprender.

    Chinchín.

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  3. Sí, ya sé que es una envidia sana.
    Hay estudios que dicen que las personas que creen en Dios y siguen una religión, son muchos más felices.

    Nos veremos pues, en el otro barrio. ¿Cómo será?, porque el de los practicantes, casi lo sabemos.

    Clochard, gracias por responder.

    Glu-glu.

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    1. El otro barrio debe ser un lugar en el que, una vez hechos los deberes con los que decir - adiós, señores, todo estuvo muy bueno, yo hice lo posible por no amargarme ni amargarles la vida, gracias por todo, nos vemos - se tiene que estar divinamente. Para mí el cultivo espiritual a base de lecturas, y sanas vivencias, que te permitan morirte relativamente culto es un ejercicio con el que creo que se alcanza esa despedida tan fabulosa.

      Y por lo que leo, tu la alcanzarás, serás la poetisa del otro barrio.

      A la votre!!!

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  4. A MI TAMBIEN ME GUSTA MAS ASI...TU RETOQUE ME ENCANTA, UN BESO

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    1. Anónima, intuyo esa voz sevillana. Gracias y cuídese mucho, que está usted muy guapa cuando sonrie.

      Chinchín!!, y un beso.

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  5. Querido clochard,has conseguido hacerme sentir la pasión,me he emocionado,a mí también me dan mucha envidia sana pero; cuantas respuestas sin responder.Un abrazo.

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    1. Querida Amoristad:

      Tal vez las respuestas se encuentren en nosotros mismos. La reflexión y la tranquilidad, la capacidad de aplicar el sentido común y la humildad creo que tiene mucho que ver en tener claras una serie de cosas.

      Me agrada haber podido emocionarte, eso quiere decir que has descifrado el mensaje que trataba de pegarse al asfalto.

      Salud y besos.

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