Se habla mucho últimamente de que conviene apartarse de la gente tóxica cuando los mismos que afirman eso son tóxicos de por sí. Existen incluso manuales firmados por psicólogos expertos en tales asuntos, que se están forrando a costa de la desgracia propinada por el sistema que acorrala al rebaño, con los que se nos presenta una especie de remedio contra toda esa plaga de personas que nos van minando la moral una vez que la suya ya no consta ni de reserva, una vez que se cierran todas las puertas y se taponan todos los caminos, una vez que la desesperanza acentúa las arrugas de la indignación y la inocencia es acusada de no haber querido pasar por el aro. Duele ver los estantes de las librerías colmados de ejemplares de auto ayuda y liberación de los traumas generados por el condimento del consumismo y el capitalismo autoritario. Trato de entenderlo todo y a todos aunque a todo no llego por las lógicas limitaciones naturales de ser humano y porque reconozco que, en mayor o menor medida, me encuentro contaminado, como todos, y el que diga lo contrario o miente o no vive en occidente, o carece de todo sentido de la observación conectado con la sensibilidad, o es un perfecto candidato para ostentar en un futuro no muy lejano unas garras de buitre o águila imperial con las que colonizar el territorio de la pacífica flaqueza de los que se enamoran de todo y se conforman con nada.
No lo veo tan fácil. Hasta cierto punto me parece una posición egoísta, una manera de mirar para otro lado, esa de desvincularse de un plumazo de la toxicidad de las personas porque entre otras cosas sus razones tendrán, que son muy claras y muy oscuras; porque eso de que ande yo caliente ríase la gente siempre me ha resultado una pésima manera de ejercicio individualista y porque si lo siguiente que nos quieren enseñar es a no escuchar/nos no deberían esforzarse tanto; eso lo hemos hecho siempre a la perfección, no hay nada más que echarle un vistazo a la historia, por la página que sea, que inmediatamente seremos testigos de la sordera con la que fue creada/apareció la especie. Más bien deberíamos mirarlo desde otro punto de vista para lograr destensar un poco la cuerda, que aunque no queramos verlo nos está enfrentando y convirtiéndonos en monstruos que se comen unos a otros en pleno siglo XXI, en desdichados ilustrados que no quieren saber nada de todo aquello que no nos aporte un euro y nos fastidie la celebración del ascenso. Hemos de ponernos manos a la obra para ayudar a toda esa gente catalogada de tóxica, de la que formamos parte, empezando por nosotros mismos. Claro que todo tiene un precio y me temo que casi nadie va a querer pagarlo. Hace demasiado tiempo que se suicidó la ideología y que llevamos a rajatabla los mandamientos de comprar objetos inútiles que inundan nuestra casa.
lunes, 2 de julio de 2012
toxicidades provocadas.
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Precisamente la entrada de la pasada semana en mi blog trataba de ese tipo de gente.
ResponderEliminarNo creo que se trate de mirar para otro lado, están ahí conviviendo entre nosotros y hay que hacerlo de la mejor manera posible pero como en todo los hay de "echarles de comer aparte". Sencillamente tienen una misión y es la de joder todo lo posible, sin ningun tipo de consideración.
Saludoss!!
Admito que me refiero a un tipo de gente intoxicada por las circunstancias actuales de tal modo que no hay quien los saque del encierro y el pesimismo, y acaban por transmitir su malestar a todo su alrededor. Por lo tanto el título es exagerado y hasta cierto punto inadecuado. En cuanto a la camarilla de los envidiosos, etc... sobre los que escribes en tu entrada, pues sí, cuanto más lejos mejor una vez que no hay manera de hacerles entrar en razón después de haber intentado explicarles que así no se va por la vida y ellos insistan en seguir jodiendo, aunque con más conmiseración que rechazo y sin dar la batalla por perdida.
EliminarMushaaa Grassias, Salud!!
Clochard:
ResponderEliminarHata hace nada a los "tóxicos" se les llama "vampiros energéticos". Supongo que la nueva denominación es una metáfora de los activos tóxicos que han conducido a la crisis financiera etcétera.
Supongo que siempre hablamos del mismo tipo de persona: el "aguafiestas", el "victimitis", el que se regodea en su pesimismo e intenta contagiarlo a los demás.
No se trata de que demos de lado a estas personas como si fuesen apestados. Les damos de lado porque son parásitos y son nocivos para nuestra salud.
Conozco varios casos y he aprendido "casi" a que sus victimismos no me afecten. Pero no por insensible, orgulloso, desagradecido o insolidario, sino porque en el fondo, este tipo de personas necesita crear lástima para vivir y, si de paso, consiguen trasladarte su pesimismo chupándote la energía, mejor. Son dañinos.
Al final, los ayudo en lo posible y los neutralizo para que no alteren mi vida.
Seguro que todos tenemos a varios "tóxicos" a nuestro alrededor.
Perdón por la extensión.
Salu2.
Dyhego:
EliminarEstamos de acuerdo. Te repito lo que le he comentado a Gloria, que tal vez el título sea inadecuado, a pesar de ser un tipo de toxicidad que nos conduce al derrotismo permanente la que nos está intoxicando actualmente, o que en ocasiones el clima que estamos viviendo nos lleve a comportarnos como no somos, que nos esté transformando en continuos quejicas, que es uno de los comportamientos que más energía absorbe. Lo que quiero es transmitir el mensaje de que existen toxicidades adquiridas últimamente que tienen remedio entre nosotros mismos antes de que se conviertan en un cáncer o de que tenga que venir un psicólogo, con un libro súper ventas debajo del brazo, a explicarnos el a,b,c de la tranquilidad o la pócima para evadirnos de lo malo haciendo que ruede la noria que les interesa.
Salud.
Querido Clochard:
ResponderEliminarDejemos ya de clasificar en grupos a las personas,eso lo único que hace es separarnos más aún.Yo creo que no existe gente tóxica sino momentos tóxicos y mentes débiles a falta de atención y cariño.Aunque siempre me han dicho que peco de ingenua,prefiero pensar en que todo el mundo tiene su lado positivo,como tú bien dices todos hemos sido tóxicos alguna vez...Un abrazo fuerte!!
Querida Amoristad:
Eliminarbien es cierto, pienso, lo que dices, pero hemos de admitir que existen personas que no dan su brazo a torcer en su comportamiento cuya onda expansiva acaba por afectarnos y absorbernos la energía. Afortunadamente contamos con el ánimo y la esperanza de cultivarnos en lo positivo.
Mil besos.