Querido Juan:
Te escribo desde muy lejos y desde muy cerca, desde las inmediaciones del agua y la sal que tan poco frecuento, desde la pantalla del ordenador de una biblioteca en la que dejo que mis dedos sean los encargados de darle rienda suelta a mis pensamientos que, aunque no lo creas, no se olvidan de tí, ni de tus cabreos cuando tu portátil no se ha quedado cargando por la noche, ni de las partidas de ajedrez en las que se adivina un futuro maestro ¿Te acuerdas?, claro, que lo más divertido frente al tablero es inventarse un juego diferente con las mismas piezas; la cuestión es crear, inventar, imaginar y concebirlo todo con un toque de originalidad, y cuando nos aburramos pues volvemos a lo de siempre, que eso no varía. Y desde aquí echo también en falta una peleilla contigo y que me digas que no te gusta que te llame Gormiti. Ya ves, Hace poco jugué un partido de Balónjhonny con unos amigos, y a medida que les iba explicando las reglas sentí que no salían de su asombro; no se lo habían pasado tan bien desde hacía mucho tiempo; y es que, como yo les dije, que la cabeza no está solo para llevar el sombrero, que hay que utilizar la imaginación, que el aburrimiento no lleva a ninguna parte y que con una pelota, un patio, un portón y un par de canalones haciendo de porterías, una escoba marcando la separación entre los dos campos, mucho ingenio y mucha chispa podríamos conseguir que este deporte llegase a ser olímpico; les informé de que de hecho existe ya un campeón del mundo que es mi sobrino Juan, que mañana !@#$%^&* once años y que es un crack en todo lo que se propone. porque eres un crack.
Sabes que tenemos pendiente el envío de un ramo de flores y unos versos, una de esas canciones que tú compones; cuenta conmigo, estoy deseando, yo haré de emisario como si no supiera nada, luego te contaré la cara de emoción que pone ella y el bien que le habremos hecho a la humanidad con tu gesto; porque no sé si sabrás que cuando yo tenía tu edad tenía el mismo buen gusto de enamorarme de las chicas que eran un par de años mayores que yo, y ahora me siento orgulloso de que esa delicadeza haya tenido su relevo en tus versos. Tengo ganas de uno de los trozos de pizza de los sábados acompañado de Miguel Hernández, Bergamín o Neruda, y de un brindis con el que, una vez alzadas las copas, se arlequine el cielo de la mesa con vino tinto y Fanta de naranja. Cómo me gusta escuchar las risas que brotan de tus lecturas y traspasan la puerta de tu cuarto, ese en el que un parque Jurásico y un mundo aparte repleto de fantasía le dan color al arco iris de tu inteligencia. Cada vez que ordeno mis lápices me acuerdo de los tuyos, y de tu cartera y de tus libros, y de tus gomas de borrar y del hueco en el que debajo de la escalera tienes tu oficina.
Imagino que ahora, durante las vacaciones de verano, andarás todos los días montando en bicicleta por esas parcelas que rodean tu casa, rigurosamente equipado con tu casco y tu botella de agua, ya que la previsión en tí se convierte en arte y oficio, y que estarás echando de menos a Don Fernando y a algunos de tus amigos de la escuela; seguro que ya no se te resisten los largos de la piscina ni los misterios del buceo en las profundidades de tu curiosidad por adquirir nuevas habilidades. Nunca te lo he contado, pero si me hubieras visto el día de tu bautizo te habrías echado las manos a la cabeza o, conociendo tu rigor en determinados actos y ceremonias, hubieras sido el primero en echarme la bronca o, quién sabe, a lo mejor te hubieras hartado de reír; todo salió bien, pero he de confesarte que si llegué a tiempo fue porque tú me diste fuerzas para superar una monumental resaca provocada por la fiesta de la noche anterior con la que fui anticipándome a la celebración. Si hubieras visto la cara del cura cuando vió que solo le dí dos mil pesetas, que para mi eran una fortuna y para él una miseria; menos mal que anduvo al quite tu abuela Lucia enderezando el entuerto. Quién te iba a decir que te caería en suerte un padrino tan Quijote y tan yoquesé, vencido en más batallas que Aureliano el menor de los Buendía, y tan bohemio, pero cuento con la suerte de que me sabes llevar, de que, como los mejores amigos, me soportas con paciencia y eso me hace aprender mucho de ti. Entre tanto, y hasta que nos veamos, te deseo lo mejor. Espero que lo celebres por todo lo alto y que te tomes un trago de azucaradas burbujas a mi salud; yo lo haré por tí, y desde aquí me despido con unos versos medio prestados con los que mañana recordaré que en un lugar del mundo llamado "El sueño de la lagartija" estará teniendo lugar el importante acontecimiento de tu !@#$%^&*ños. FELICIDAES, CAMPEÓN!!!
Y no sé de qué forma adorarte
en mitad de estos peces de hielo,
cuando quemes tus naves
no me pierdas las llaves del cielo.
viernes, 27 de julio de 2012
Once grandes años.
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Si lo hubieras escrito para mí, no me hubiera emocionado más.
ResponderEliminarFelicidades Juan, por tu cumple y por tener un tito que te adora de este modo.
Un besico
El chaval es un encanto y se merece una felicitación así y mejor. Es un placer poder dedicarle estas lineas, si lo conocieras entenderías por qué.
Eliminarun beso.
Por cierto, a tu nombre se asoma un estribillo...curucurucucucu...
Seguro que es un solete. Lo describes de maravilla y debe estar felicísimo de encontrarse con semejante dedicatoria.
ResponderEliminarEse estribillo solo será bueno si suena con guitarra de fondo ;)
Un besote
A mi me da que ese estribillo pega mucho con acordes rumberos, o rockeros al estilo Rober.
EliminarBesos
Querido Juan,cuantas veces he comenzado así para escribir a alguien que adoro,hoy al leerlo en tú entrada me he sentido identificada con ello.Muchas felicidades para ese campeón que once añazos no se hacen todos los días,para contarlos hay que empezar a usar los dedos de los pies,ja,ja,ja...y a su tío decirle que he aguantado la emoción hasta el final,con las llaves del cielo me derrumbé...¡Cuanto amor!
ResponderEliminarUn abrazo fuerte!!
Todo es cuetión de empezar y dejar que afloren las ideas basadas en los sentimientos, llega un maravilloso momento en el que los dedos no se permiten parar y sale algo así. Me alegro de que te haya gustado. Cuídate mucho.
EliminarMil besos.
Charlie me ha encantado la dedicatoria. Tú también te mereces que te escriban una para tu cumpleaños.
ResponderEliminarA ver si nos echamos ya un BaloJhoni y de paso lo intentamos hacer deporte olimpico.
Cuando me aburro te echo mucho de menos.
Tú tranquilo que te guardaremos un trozo de tarta.
Tu sobrino Juan.
Ese trozo de tarta me va a saber a gloria, campeón. Yo también te echo de menos. Espero que nos veamos pronto. Celébralo por todo lo alto. FELICIDADES, CRACK.
EliminarMil besos.
Solo ha faltado que vieras la cara que ha puesto cuando ha leído el título y se ha dado cuenta que lo habías escrito para él. Y luego su sonrisilla mientras avanzaba entre las líneas...
ResponderEliminarDespués me ha dicho, Mamá este ha sido uno de los mejores regalos, hay que ver cómo es el tito Charlie ¿eh?.
(Y yo que no me acordaba de lo del bautizo...)
Gracias Clochard, ex corde.
Me imagino esa sonrisilla mientras se rascaba el cogote o las piernas. Es un privilegio haber podido acertar con el regalo. Y puestos a recordar, todavía me acuerdo de cosas que se han quedado en el tintero; bueno, para el año que viene. Cuídalo mucho y disfrutad del evento.
EliminarMil besos.