domingo, 19 de noviembre de 2017

You shook me all night long


Resultado de imagen de Malcolm Young

Siempre hay alguien en segunda fila ocupándose del más ínfimo de los detalles, del oportuno contrapunto, de la extensión, de las normas que no se pueden infringir si uno sabe lo que quiere; siempre hay quien persiste más en el ensayo y en la programación, en la disciplina tras la que se obtiene la libertad necesaria en el escenario, siendo consciente de todo lo habido y por haber en esos metros de autopista hacia el infierno, en esos kilómetros de carreteras y de cielos y de noches y de mansiones y de aquí te espero, en esas tablas fuera de las tablas, que en la continua improvisación de un a verlas venir sin alma ni concierto. Verdad; parece mentira. Siempre hay alguien dispuesto a darlo todo por intentarlo de nuevo, uno de esos irascibles bichos raros que necesitan la soledad pero que son enormemente amables. Todas las/los Figuras necesitan de otro que les guíe y les diga y les cuestione y les aconseje, de ese ser de quien parece incomprensible que formando parte del equipo no ambicione algo más, no aspire a nada más, más protagonismo, más salir en primera plana diciendo esta obra es mía. La música, el rock en concreto, se mueve bajo las coordenadas y los parámetros del ritmo, eso si, cuanto más expresivo y alternativo salvaguardando el buen guiso de las notas en su sitio mejor. Ha habido en los últimos cuarenta años Bandas y bandas, formaciones en serie y en Serio, grupos que lo han y que lo van haciendo unos lo mejor que saben y otros lo mejor que Pueden, de todo un poco como en botica, mejores y peores y mire usted los que más le gusten y paremos de contar, y Corriente Alterna Corriente Continua. Siempre hay uno que dice me quiero parar en este detalle, en esta cuestión, en este compás inexpresivo del que parece que nos vamos aburriendo. Siempre hay uno que se queda insatisfecho después de una comprobación; siempre hay un alma inquieta y poseída por los demonios del perfeccionismo, por lo enredos del saber que se sabe lo que se quiere pero hay que definirlo hasta la saciedad como condición sine que non irse a dormir tranquilo. Siempre hay un tipo que parece que está ahí como que no queriéndose dejar ver más de lo que se tercie, disfrutando de lo que se trae la peña entre manos al son que armoniza pensamientos en busca de la piedra filosofal del proyecto, indagando en las posibilidades. Siempre hay un escritor entre nosotros, sea cual sea el lenguaje; siempre hay un poeta de las imágenes y de los sonidos proyectando lo que da de si su mirada sobre los acordes de una canción en la que cabe una novela, una panorámica, una perspectiva, un recuerdo, un mundo caminado, una fantasía, un oficio.  Ese era Malcolm Young, un virtuoso a la chita callando, un ser capacitado del pensamiento abstracto, un Maestro, un Clásico.

1 comentario:

  1. Sin duda, en todo grupo, en toda familia, o en toda empresa, siempre hay uno como él. Alguien que busca en el lado oscuro de la luna. Saludos.

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