jueves, 9 de agosto de 2012

Oscar Wilde. De profundis.








 Aquí se exponen algunas de las joyas que pueden ser encontradas en  De profundis, obra escrita en forma de carta dirigida a Alfred Bosie, amante y supuesto amigo de Oscar Wilde, desde la británica prisión de Reading donde el autor pasó dos angustiosos años de condena y trabajos forzados, en la que no hay linea que no haya sido escrita en carne viva.

Quien rompe el cristal del corazón del poeta, dejando éste al descubierto ante torpes miradas, es, a mi modo de ver, para el arte insensible.

No hay nada más raro en el hombre que una acción de su propia voluntad, dijo Emerson, siendo esto una gran verdad pues la mayoría de las gentes son distintas de ellas mismas.

El arte es la expresión exterior de lo interior, en que el alma se hace carne y el cuerpo se halla animado por el espíritu.

Todos los grandes pecados del mundo se realizan en el cerebro.

El filisteo es aquella parte de la naturaleza humana que no puede ser iluminada por la imaginación.

Querido Bosie: tú admirabas mis trabajos una vez terminados, y celebrabas los felices resultados de los estrenos de mis obras y de las fiestas brillantes que los coronaban. Y, como es natural, te halagaba enormemente ser el íntimo amigo de tan esclarecido artista. Pero, nunca pudiste comprender cuáles eran las circunstancias que habían de concurrir en la creación de las obras de arte.

El que anhela una careta, no tiene más remedio que llevarla.

Y aun después de haberse calculado el peso del sol, y medido las fases de la luna, y seguido sobre el mapa, estrella por estrella, las siete constelaciones, aún nos falta conocernos a nosotros mismos ¿Quién podría calcular la órbita de su propia alma?

Mas, si bien es cierto que proponerse llegar a ser un hombre mejor sería una hipocresía sin fundamento, llegar a ser un hombre más profundo es privilegio de los que han sufrido. Y creo haberlo logrado.

El arte comienza allí donde acaba la imitación.

Lo terrible de la vida moderna es que oculta la tragedia bajo el disfraz de la comedia, con lo cual las grandes realidades cotidianas aparecen grotescas o sin sentido.

El verdadero filisteo es aquel que estimula las fuerzas mecánicas, pesadas, enojosas y ciegas de la sociedad, y las apoya sin reconocer la fuerza dinámica cuando se le presenta en un hombre o en un movimiento.

El artista y el arte mismo, en su íntima esencia, han de carecer completamente de utilidad.

lo primero que dicta el sentimiento es lo último que aparece en la forma.

Si se le da a un niño un juguete demasiado maravilloso para su mentalidad, o demasiado hermoso para sus ojos, aun tan solo entreabiertos, si el niño es travieso romperá el juguete, y si es poco cuidadoso lo dejará caer y se irá con sus compañeros.

Las verdades son siempre más pequeñas que sus manifestaciones. La mutación de un átomo tal vez pueda conmover al mundo.

Nosotros llamamos utilitaria una época en la cual no sabemos aprovechar nada. Nos hemos olvidado de que el agua sirve para limpiar las manchas, el fuego para purificar, y de que la tierra es nuestra madre común. Y por esto nuestro arte es un arte lunar, y juega con sombras, mientras que el arte griego era el arte del sol y se dirigía directamente a las cosas.
 

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